
Qué comer para subir la tensión
La tensión baja o hipotensión, se trata de un descenso abrupto y prolongado de la presión arterial. Se produce debido a deshidratación, afecciones médicas, medicamentos y también durante es frecuente durante el embarazo. Los síntomas de hipotensión incluyen visión borrosa, mareo, aturdimiento, dificultad de concentración, fatiga y desmayos.
Como recomendación general, las personas con episodios frecuentes de hipotensión deberían acudir a un médico para descartar cualquier embarazo o cualquier clase de enfermedad subyacente. La caída abrupta de la tensión arterial puede resultar peligrosa e incluso ocasionar la muerte si no se controla a tiempo.
¿Cuáles son las causas de hipotensión?
Existen situaciones específicas que pueden conducir a hipotensión temporal o periódica, como pasar mucho tiempo expuesto a la radiación solar, estrés e, incluso, ciertas posiciones corporales. Sin embargo, algunas condiciones médicas y enfermedades pueden ser la causa subyacente de episodios continuados de tensión baja, por ejemplo:
- Embarazo. Los cambios que ocurren en el organismo durante el embarazo ocasionan que los vasos sanguíneos se ensanchen, ocasionando hipotensión arterial. Esta es más frecuente durante las primeras 24 semanas de embarazo y suele regresar a niveles normales luego de dar a luz.
- Afecciones del corazón. La insuficiencia cardiaca, las enfermedades de las válvulas cardíacas y la baja frecuencia cardiaca pueden resultar en un descenso de la tensión arterial.
- Trastornos endocrinos. Enfermedades relacionadas con el sistema endocrino como la enfermedad de Addison o la diabetes, pueden hacer que la tensión arterial descienda.
- Deshidratación. Si el cuerpo no recibe la suficiente cantidad de agua, el volumen de sangre circulando en el organismo disminuirá. Episodios de fiebre, diarrea, vómitos, ejercicios extenuantes y uso excesivo de diuréticos pueden ocasionar deshidratación y afectar la tensión arterial.
- Pérdida de sangre. Perder sangre a través de una hemorragia interna o externa puede hacer que el volumen sanguíneo disminuya, alterando la tensión arterial y provocando una caída grave.
- Reacción alérgica grave. La anafilaxia incluye entre sus síntomas la caída repentina y dramática de la tensión arterial.
- Infección grave. La septicemia se refiere al ingreso de infecciones del cuerpo al torrente sanguíneo. Esto puede provocar descenso de la tensión a niveles que ponen en riesgo la vida del paciente, lo cual se conoce como choque septicémico.
- Falta de nutrientes. La carencia de nutrientes específicos como las vitaminas B9, B12 o el hierro, pueden ocasionar que el cuerpo deje de producir de forma eficiente glóbulos rojos, provocando anemia, la cual haría que la presión arterial descienda.
¿Qué alimentos comer para subir la tensión?
Si eres una persona que se enfrenta a episodios de hipotensión, es importante que aprendas a utilizar tu dieta para corregir los síntomas de la tensión arterial baja de forma eficiente. Esto implica que incluyas en tu dieta habitual aquellos alimentos que te ayuden a subir la tensión y superar el problema de hipotensión puntual o crónica:
Agua
Una de las causas principales de un episodio de hipotensión, es la deshidratación derivada de los golpes de calor típicos del verano. La solución más apropiada y sencilla a este problema será consumir agua poco a poco a lo largo del día, compensando los líquidos que el organismo pierde en la sudoración y la orina.
Té o café
Tanto la cafeína como la teína son sustancias recomendables para personas que sufren de hipotensión. Por supuesto, no se debe abusar de su consumo porque también son sustancias que al acumularse de forma excesiva en el organismo, derivan en efectos secundarios molestos como las taquicardias.
Regaliz
El regaliz resulta útil porque contiene glicirricina, un compuesto químico que ejerce un efecto antiagregante plaquetario capaz de subir la tensión arterial. Suele utilizarse como un alimento de emergencia para casos de hipotensión, pero no conviene su consumo habitual pues puede derivar en arritmias y facilitar el desarrollo de trastornos circulatorios.
Queso
El queso es un alimento rico en sodio que normalmente tendremos en casa y podemos utilizar para subir la tensión arterial incluyéndolo a diario en diferentes platillos. Consumir una cuña de algún queso curado, es la solución perfecta para corregir la hipotensión con rapidez, pero conviene no abusar de este alimento, pues también es rico en calorías y grasas.
Chocolate negro
Una ración de chocolate negro es capaz de controlar la tensión baja con rapidez, debido a que tiene cafeína entre sus componentes químicos. Por supuesto, la elección del chocolate será clave para conseguir efectos óptimos, siendo recomendable consumir chocolate con alto porcentaje de cacao y menor cantidad de grasas y azúcares añadidos.
Bacalao
El bacalao es un alimento alto en sodio, tanto en su estado natural como al ser sometido al proceso de conservación. 100 g de bacalao salado aportan unos 8.000 mg de sodio, siendo una excelente opción si sufres de tensión baja crónica, mientras que las personas que sufren de hipertensión deberían evitar el bacalao salado y optar por su versión fresca.
Anchoas
Las anchoas, tanto como cualquier otro pescado en conserva, se caracterizan por poseer una gran cantidad de sodio, por lo que resultan útiles para quienes deseen elevar un poco la tensión arterial y regularla a niveles óptimos. En caso de personas con hipertensión, las anchoas deberían evitarse o reducir su consumo todo lo posible para evitar la retención de líquidos.
Alimentos ricos en sodio
En general, la principal corrección que debería hacerse en la dieta de un hipotenso, es incrementar la proporción de sodio en la dieta para favorecer la acumulación de líquidos, lo cual tendrá como consecuencia el incremento en la tensión arterial. También se recomienda consumir pequeños snacks a lo largo del día para mantener estables los niveles de glucemia en sangre.
¿Qué alimentos deberías evitar si sufres hipotensión?
Respecto a las restricciones en la dieta, las personas con hipotensión deberían evitar todo lo posible las bebidas azucaradas como los refrescos enlatados y las gaseosas, los dulces y postres en exceso, el consumo de harinas procesadas, las grasas saturadas presentes en alimentos fritos y ultraprocesados y aquellos alimentos ricos en conservantes y químicos nocivos para la salud.

