Infusión de jengibre

Qué puedo comer después de vomitar

Tener náuseas y vómitos son situaciones desagradables e incómodas, pero bastante comunes. El embarazo, enfermedades gastrointestinales, haber consumido alimentos en mal estado, indigestión  y efectos secundarios de algún medicamento serían algunas de las razones por las cuales podríamos manifestar estas molestias.

Una vez terminado el episodio, resulta indispensable saber qué tipo de alimento deberíamos consumir con el objetivo de neutralizar la situación y aliviar los síntomas. A continuación, dedicamos unas líneas a recopilar algunas recomendaciones de expertos sobre los alimentos que puedes comer después de vomitar.

¿Qué comer después de vomitar?

La reacción normal tras vomitar o cuando se sienten náuseas, es evitar la comida. Sin embargo, lo más adecuado sería ayudar al organismo a recuperar el líquido perdido y proporcionarle alimentos apropiados. Dependiendo de la causa del vómito o el nivel de intensidad las náuseas, se recomienda comer alimentos bajos en grasa y suaves para el estómago, entre ellos:

Manzana

Comer manzanas es una forma popular de lidiar con el vómito y aliviar las náuseas. Comerla fresca, en puré o zumo será una forma sencilla de mantener las náuseas a raya. Esto se debe al aporte de fibra que tiene este alimento, que ayuda a ralentizar el tránsito intestinal y agilizar la digestión.

Por supuesto, debe consumirse en cantidad moderada. Las frutas y verduras con alto contenido de fibra, consumidas en exceso pueden ocasionar el efecto contrario, empeorando el cuadro y acrecentando la intensidad de las náuseas.

Galletas

Los alimentos secos y ricos en almidones, como las galletas saladas, las tostadas y el pan, colaboran en la absorción de los ácidos gástricos y en consecuencia, consiguen calmar malestares estomacales. Esta es la razón por la cual se recomienda comer galletas y tostadas después de vomitar.

También ayudan a saciar el hambre, una de las posibles causas de náuseas, sin exponernos a alimentos con olores fuertes que puedan desencadenar un nuevo episodio de vómitos. Por esto, las galletas saladas son un alimento tan habitual entre mujeres embarazadas que sufren náuseas frecuentes durante las primeras semanas de gestación.

Agua

El agua es fundamental para mantener la hidratación del organismo que ha perdido agua durante el vómito, así como evitar los dolores de cabeza que suelen acompañar a las náuseas. La recomendación es consumirla a pequeños sorbos a lo largo del día. Lo indispensable será evitar las bebidas con exceso de azúcar, cafeína y lácteos, los cuales pueden empeorar las náuseas.

Jengibre

Puedes consumir jengibre, tanto una taza infusión de jengibre (fría o caliente) como cápsulas de jengibre en polvo e incluso galletas que lo incluyan como ingrediente. Además, tiene un potente efecto antioxidante y es fuente de diversos minerales como el magnesio y el zinc, así como vitaminas.

Caldo de pollo

Una ración pequeña de caldo de pollo es un alimento útil para el control de los vómitos y suele hacernos sentir mejor cuando presentamos molestias de salud. Para que este alimento tenga el efecto deseado, deberá ser lo más bajo en grasa posible, de preferencia los cubos de caldo de pollo pues contienen sodio que es un elemento indispensable para promover la hidratación.

Nueces y almendras

Las nueces, almendras y en general, todos los frutos secos, contienen proteínas. La falta de proteínas motivaría a que las náuseas nos afecten con mayor intensidad, por lo que deberíamos dar preferencia al consumo de alimentos ricos en este nutriente. Las nueces son fáciles de digerir y nos ayudan a reponer energía de manera rápida.

También son ricas en Vitamina B6, recomendada para la mejora de los síntomas de náuseas y vómitos durante el embarazo. Entonces, al consumir un alimento con abundante vitamina B6 obtendríamos el mismo beneficio.

Bebidas isotónicas

Las bebidas isotónicas utilizadas por los deportistas son una buena opción tras vomitar. Estas contienen electrolitos, sodio y potasio capaces de restaurar las reservas agotadas durante el episodio de vómitos y garantizar la hidratación. Solo unos sorbos cada cierto tiempo serán suficientes para notar un poco de recuperación tras un episodio de náuseas.

Plátanos

Consumir una fruta como el plátano relaja el estómago y previene que se produzcan nuevos episodios. Esto ocurre debido a que estimula la producción de la mucosa que recubre el estómago, creando una barrera sobre las sustancias ácidas responsables de la alteración estomacal. Su cualidad alcalinizante le permite ser consumido.

Infusión de menta

Esta hierba aromática es poseedora de un aroma único y delicioso, capaz de hacernos sentir mejor. Por esto es recomendable que tras un episodio de vómitos optemos por consumir una taza de infusión de menta, pues se le considera uno de los remedios naturales más efectivos para aliviar este problema.

Patatas

Los carbohidratos también resultan bien recibidos en esta situación pues tienen la capacidad de calmar el estómago y resultan fáciles de digerir. Cocidas al vapor o hervidas serán las dos opciones más recomendables, evitando por completo el exceso de grasas. Puedes consumirlas directamente con sal y un poco de aceite de oliva, o en forma de puré.

Gelatina

Alimentos frescos como la gelatina son ideales cuando a las personas con náuseas o que han vomitado no les provoca ingerir productos calientes como infusiones o caldos. Debido a que contribuye a reducir las náuseas, es una buena precaución tener siempre gelatina sin exceso de azúcar ya preparada en el refrigerador.

¿Qué alimentos no debería comer después de vomitar?

Tal como mencionamos al principio de la nota, es indispensable evitar los alimentos altos en grasas. Esto implica que deberíamos olvidar por completo la ingesta de los siguientes productos:

  • Alimentos ricos en grasas saturadas y sal, como frituras, productos de bollería, carnes procesadas, conservas y comida chatarra en general.
  • Alimentos con olor intenso, capaces de desencadenar nuevamente el vómito.
  • Todos los lácteos, así que olvídate por unos días del queso, el yogurt y la leche.
  • Alcohol, bebidas carbonatadas y cafeína.
  • Alimentos picantes que irriten las mucosas del esófago y el estómago.
  • Cantidad excesiva de frutas y verduras ricas en fibra.

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